Ciencia y fe

sábado, 29 de enero de 2011

¿HAY ALGUNA RELACIÓN ENTRE PASAR FRÍO Y COGER UN CATARRO?


Los estudios realizados han demostrado que no hay correlación entre la temperatura ambiente y contraer catarros. El origen del cuento de viejas que predice catarros, gripe o neumonía después de estar expuesto a temperaturas frías es el breve periodo de fiebre que precede a los síntomas distintivos de esas enfermedades. Esos periodos de fiebre hacen que el paciente sienta frío y tirite. Al aparecer después otros síntomas el paciente asocia la enfermedad con haber “cogido frío”.

Los virus que causan los catarros se difunden más rápido en invierno porque es cuando pasamos más tiempo a cubierto, donde estamos más cerca unos de otros. La gente cierra las ventanas en invierno, así que el aire “fresco” del exterior no diluye el aire contaminado por partículas de virus. Eso hace que se difunda el virus con más facilidad.

El aire frío y seco del invierno hace que se hinchen las membranas mucosas de la nariz. Esto produce la “nariz chorreante” que solemos relacionar incorrectamente con una infección causada por un virus catarral.

La experiencia de coger frío y con ello un catarro es en realidad una inversión del verdadero orden de cosas. El enfriamiento suele ser la primera señal de fiebre, que es el resultado, no la causa, de la infección por el virus del catarro.

Hay en realidad menos posibilidades de coger un catarro si hace frío. El virus del catarro común muere con el frío y necesita para prosperar calor (digamos el acogedor interior de un hogar junto al fuego encendido para ahuyentar el frío).

El hecho de que investigadores aislados en la Antártica nunca cojan catarros confirma que éstos se deben a la gente y no al frío.
¿Porqué no se hielan los pies de los pingüinos? y 114 preguntas de lo más extravagante.
NewScientist / Mick O´Hare

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